martes, 18 de mayo de 2010

HIPERBREVES

Año 2.056.

Marcos, visiblemente afectado, habla por teléfono desde el salón con los del servicio técnico, mientras el humo negro y los sollozos aún salen desde la cocina.
La cafetera llora desconsolada, la lavadora y el horno guardan silencio y el microondas murmura algo incomprensible. Tan solo la nevera con su frío carácter es capaz de decir algo:
-Era tan alegre... Con tan solo tres años. Una rebanada de pan que se atasca y se acabó.
Dice con tristeza, a lo que el horno agrega lacónicamente:
-No somos nada.



Bajo el mar.

-¡No me hagas daño! -gritó el erizo de mar antes de que el bañista le pisara accidentalmente.




3 comentarios:

  1. Cada día me asombro más con tu trabajo. Me han parecido ambos dos muy sugerentes y agradablemente deliciosos. Me gustan, son el tipo de relatos que me sugieren instantáneas de creatividad. Sigue así de bien porque me encanta. Saludos

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  2. jajaja, con este te has inspirado en Javi que el año pasado en Ibiza pisó un erizo y encima va el tio y se compra una camiseta de recuerdo con un erizo...jajajaja este es menos apocaliptico si señor!!!! jajajaja

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  3. Prosopopeyando
    Muy buenos los dos!

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